jueves, 30 de mayo de 2013

M, el vampiro de Düsseldorf, de Fritz Lang

El cine es esto


Tengo que empezar esta crítica, igual que empecé la anterior, advirtiendo de que en ella voy a hablar del final de la película. No creo que eso tenga importancia para disfrutarla, pero para el que crea que sí, aquí dejo el enlace para poder ver la película completa antes de leer el texto.



En 1931, el cineasta alemán Fritz Lang dirigió M, el vampiro de Dusseldorf, y con ello dio una clase magistral de en qué consiste el oficio de director de cine. Todas las escuelas de cine del mundo deberían tener la obligación de enseñar esta película a sus estudiantes. Estudiar cine, y no haber visto M, el vampiro de Dusseldorf es como estudiar literatura y no haber leído Crimen y castigo.

lunes, 13 de mayo de 2013

"Adiós, muchachos", de Louis Malle


Francia ante el espejo

Antes de que empecéis a leer quiero advertir de que en esta crítica voy a hablar del final de la película. Personalmente, creo que no es relevante conocer el desenlace de antemano, si no la habéis visto. En cualquier caso, soy consciente de que hay gente a la que le molestaría hasta que les dijeran que al final de Titanic, el barco se hunde. Si es tu caso, puedes ver la película completa, que está enlazada más abajo, y luego leer la crítica. Enlazo una versión doblada al español, y otra en versión original con subtítulos en inglés. Si domináis el inglés o el francés, recomiendo encarecidamente la segunda opción.





miércoles, 8 de mayo de 2013

Una historia verdadera, de David Lynch


El reverso luminoso de la América profunda

Se tiende a confundir lo que es una película antigua con una película clásica. Una película es clásica independientemente del año en que se rodara. Una historia verdadera es un clásico desde el primer día que se proyectó en una sala de cine.
Reconozco que no soy un gran admirador de David Lynch. Su filmografía tiene un buen puñado de grandes títulos como Cabeza borradora, Carretera perdida, Terciopelo Azul o El hombre elefante. Sin embargo, también hay muchas otras que son simples fuegos artificiales de un director con un magnífico talento visual (Dune, Corazón salvaje, la inefable Inland Empire). Pero en 1999 dejó de lado todas las recurrentes obsesiones que plagan su carrera cinematográfica (quizá porque el guión no era suyo), y realizó una película maravillosa.